Ser mujer viajando. O tres. O ninguna

27.07.2017

Viajar en tren en India significa querer subir siempre en el vagón exclusivo para mujeres

Este artículo fue escrito originariamente durante mi última visita a Argentina, durante los meses de Septiembre/Octubre 2016, donde un triple femicidio sacudió las noticias y  a la sociedad en su conjunto, generando marchas multitudinarias contra la violencia hacia la mujer, bajo el lema #Ni Una Menos.
Al haberme chocado profundamente tan dolorosa realidad, y de repente sentir que la luz de mi vitalidad se apagaba ante tal escenario de bienvenida escribí el siguiente texto, el que nunca decidí publicar porque de la impotencia no pude terminarlo. Hasta ahora.
El texto original no ha sido modificado, sólo que recién 9 meses después del primer borrador logro encontrar las palabras para escribir lo que significó ser mujer, otra distinta, otra vez en mi país de origen.

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Habiendo sido víctima reciente de lágrimas empañadoras de una realidad latente despertadora de pasiones y debates, quiero compartir lo que fue mi experiencia de vivir, antes de los 25, en tres países diferentes donde fui tres mujeres absolutamente distintas. Porque las realidades a medias hacen más ruidos si están en los medios, si sabremos de eso!

Y como nunca me gustó seguir ningún orden prestablecido, empecemos por el medio. México. Países lindos sí los hay... Ahí donde los hombres abren la puerta del auto por sus mujeres al subir y bajar, pagan la cuenta de la cena sin dudar por cualquier mujer que los esté acompañando (pareja, amiga, familiar, vecina), en la fila del bus siempre dejan que ellas suban antes, y cuando toca bajar los hombres también dan paso a ellas primero, y las mujeres nunca caminan del lado de la calle porque mexicano que hace caminar a su mujer del lado de la calle la está regalando. "Y cómo has encontrado la caballerosidad mexicana, amiga argentina?", me preguntaban orgullosos, con el pecho inflado. Pues, muy linda la atención, pero no el discurso permanente, que dice sin hablar "eres débil, tu no puedes, yo soy más que tú, yo decido cederte mi lugar, yo te cuido porque es mi rol como hombre". Hasta qué punto la llamada caballerosidad no es, en realidad, una reafirmación sociocultural de la inferioridad del género femenino? Concepto construido y sostenido por la misma cultura. Inclusive la femenina.
Que si nosotros nos creemos los Messi del machismo les cuento que no, que con suerte somos Mascherano, y que a mi me tocó vivir que ante el asombro de que nuestra presidente (en ese momento) sea mujer, escuché "aquí en México nunca tendremos un presidente mujer, porque una mujer jamás va a dirigir a los mexicanos". También me llamaron "malhablada" por decir malas palabras; pues una señorita no puede decirlas. Y las palabras, porqué son malas? Quién lo decidió asi? Quién lo impuso y simplemente lo aceptamos?
Allá se mueren 6 mujeres por día como resultado de la violencia. A todas las amigas que tuve les ha pegado su pareja al menos una vez. Estudiando Medicina Forense me tocó presenciar autopsias de víctimas de feminicidio, donde aprendí a diferenciar en un cuerpo muerto y desnudo si los golpes habían sido recibidos antes o después de morir, o si el abuso sexual era sólo tal o también un caso de necrofilia (sí, también las siguen penetrando una vez muertas).
Experimenté que la violencia contra la mujer está mucho peor en otros lados que en mi país, no sólo por los números reflejados en estadísticas si no también porque acá ayer se escucharon esas voces que repudian las diversas formas de violencia en contra de la mujer, porque antes del golpe o la muerte hay mucho más que soportar en una base cotidiana. En el tiempo que viví en México nunca existió una marcha tal, no porque las mujeres no se solidaricen con sus semejantes, si no porque además de inútiles también las hicieron mudas. Trabajo finísimo teñido de religión, en mi humilde opinión cabrón.

Pasaron unos años y me mudé a Australia. La diva del respeto y la conciencia social. Hago topless en la playa y no me tengo que bancar miradas libidinosas, ni ante los ojos de nadie estoy gritando por sexo. Todas tenemos Tinder y no nos creen fáciles por eso. No existe que te chiflen en la calle, ni que se den vuelta a mirar cómo venís de baúl. Si un hombre tiene algún comportamiento de este tipo, inmediatamente pesa sobre él la mirada desaprobadora del resto de la sociedad en su conjunto. Hombres y mujeres se alzan en contra con gestos, miradas e incluso palabras.

Una vez iba caminando con mi pareja por la calle. Él me empezó a hacer cosquillas, y yo que de la risa me quedo sin aire alcancé a gritar 'NO, STOP' dos veces. Un joven que iba caminando metros más adelante escuchó mi voz frenó su paso, se dirigió hacia nosotros y sólo siguió su camino una vez que se aseguró que sólo estábamos jugando y yo no corría peligro.
En Australia mis amigos nunca me piden que les avise cuando llegue porque nisiquiera se representan en sus cabecitas la posibilidad de que yo no llegue a casa. Allá, a las dos semanas de comenzar en un trabajo me ascendieron de puesto, sin tener que recurrir a prestar mi trasero sudamericano para ello. Me lo gané por pura capacidad, te lo juro por Dalma y Yanina.

El único episodio donde no se me respetó pura y solamente por el hecho de ser mujer fué en ese mismo trabajo, en donde dos indios rebeldes se negaron a seguir mis direcciones, porque en India es inaceptable que las mujeres den órdenes a los hombres (mi experiencia como mujer sola viajando por India será contada mas adelante). No lo tomé como algo personal, sabía que allá los médicos no revelan a las embarazadas el sexo de sus bebés porque si se enteran que esperan una niña abortan sin dudarlo. Así de poco queridas son ya antes de nacer, el resto de la película de sus vidas hacela en tu cabeza. La siguiente escena de la mía tuvo como protagonista a nuestro jefe común, diciéndoles a los chicos de India que en Australia las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, y que ellos tenían que respetar mis órdenes porque era su jefa. También los mandó a leer el manual de empleados, en donde estaba bien claro que ninguna forma de discriminación es tolerada por la empresa.
Allá yo me olvidé de que los hombres, en algunos rincones del mundo, se sienten con derecho a expresarte su libidinosidad. No es algo que me preocupe en lo más mínimo cuando me paro bien derecha, cuando me visto con la ropa que quiero, cuando salgo a correr con shorts.


Y luego de un tiempo visito Argentina. La histérica que le encanta pensar que los demás países la odian por sus delirios de grandeza. Aquella que se cree Europea y se queja de su estilo de vida creyendo que le corresponde uno del "primer mundo", cuando primero tiene que entender que para ser un primer mundo, primero tiene que comportarse como tal. Porqué tanto primero? Primero, qué ausencia denota en vos?
Debo confesar que el choque fue un tanto traumático. Podría nombrar varias situaciones, pero sólo voy a referirme a las que vienen al caso, a la temática de sentirse mas vulnerable por el simple hecho de la naturaleza de haber nacido mujer. 

Volver a Argentina significó caminar encorvada, como si tuviera verguenza de tener pechos llamativos y cola parada. No es una idea loca en mi cabeza, puedo ver tus ojos desviándose a mi pasar. Al pasar de ella, al pasar de aquélla. Volver a Argentina significó escuchar nuevamente, de cada persona de la que me despedía luego de una visita "Avisame que llegaste bien". Acaso naturalizamos tanto la posibilidad de "no llegar bien" que inclusive lo asociamos indefectiblemente al "chau, nos vemos
(+ avisame cuando llegues)".


El otro día caminaba por la calle. Un muchacho me gritó "cosita hermosa". No me enojé, no me hizo mal. Eso me hizo pensar. Me hizo pensar en el pasaje del Principito, cuando él le explica a la flor la diferencia entre querer y amar. Te quiero (para mi), te amo (por eso te quiero bien). Si a un hombre que claramente valora la belleza física al punto de querer hacerle un cumplido a la mujer, con la intención de hacerle saber ese maravilloso deseo sexual que le despertó, porqué cruza la línea de hacer sentir incómoda a la destinataria? Más simple, si te parezco tan linda, porque querrías decir algo para incomodarme? Porqué querrías hacerme pasar un momento que probablemente no me agrade? El problema no es que a un hombre le atraiga el cuerpo de una mujer, el problema es que como nadie está leyendo ni viendo que pasa por la cabeza de los otros, se teme por el límite (o el no-límite) ajeno. Se teme a la posibilidad de que ese hombre cruce la línea de la integridad física y sexual de quien recibe el "piropo".

Si comparo lo que sentí como mujer en distintos países, inclusive la mujer que fui/soy en los lugares que nombré, me encuentro con una persona muy distinta en cada caso. Alguien que a veces ni siquiera era yo ante mis propios ojos, sólo por el fin de sentir más seguridad al caminar o evitar la mirada del ojo desaprobador de conductas, o la del ojo libidinoso que en una de esas si me escondo ni llega a verme y evito un mal momento.

No se tiene que llegar al golpe ni al homicidio para que se configure "violencia". No poder ser y actuar como mujer, y con absoluta libertad, por temer la entereza física ya es violento en sí.

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