6 meses en Australia. Mi primera despedida

03.10.2015

Estoy a días de dejar este paraíso llamado Port Douglas y no paro de pensar en miles de cosas que al mismo tiempo si quisiera nombrarlas no podría, porque tampoco sé bien qué estoy pensando.

Belleza #sinfiltros que te deja sin aliento

Tengo un par de sentimientos encontrados, una lágrima contenida... Me gustaría pensar que no tiene nada que ver con estar en "esos días". O tal vez también prefiero que sea por eso

No importa, a 6 meses de haber arribado a este país donde encontrar errores es tan difícil como que Higuaín patee bien un penal, inconscientemente empiezo a hacer un balance de todas las cosas que viví hasta ahora, contando con la ventaja de que muchas conclusiones ya las había sacado antes de hoy.
Tengo apenas 25 años pero creo conocerme muy bien, y afortunadamente eso me llevó a que en vez de tener que viajar dentro mio para descubrirme primero y luego mirar el lugar con ojos nuevos, pude apreciar todas sus facetas probablemente desde el primer día en estas tierras. Es muy loco, porque aun así, si me preguntaran si me quiero quedar aca el resto de mi vida, todavía respondería con un no sé.

Es que no sé, no creo haber visto tanto tampoco. Y lo que he visto hasta ahora no sé si me gusta demasiado como para hacer de Australia "mi lugar". Port Douglas es ese paraíso donde al final de la calle principal tenés la playa, con su enorme extensión de esa arenita tan facil de caminar, de aguas cristalinas y calientes que te metés y te dan ganas de quedarte abajo del agua hasta la altura del cuello para poder ver cuando viene una ola y saltar a tiempo para evitar tragar agua salada, que es un bajón.
Esa calle principal sólo tiene 4 cuadras, que son escasos 400 metros llenos de negocios, pubs y restaurantes, calle que también aloja el supermercado del pueblo, ese a donde voy y la cajera me dice "good morning Flo".

El final de esa calle principal

Mi bici celeste con canastita me lleva a todos lados. Literalmente a todos lados, porque nunca necesito andar mas de 5km. De hecho la extensión total del pueblo son 5km que alojan sólo a 3000 personas. Mi vida aca es tan fácil. No me costó encontrar trabajo, no me costó adaptarme a él, no me costó hacerme amigos, no me costó generar pretendientes, no me costó administrar mis gastos, no me costó cambiar el hábito del colectivo, el taxi o el auto por la bici, aun en días de lluvia. Y jodidas lluvias tropicales me banqué andando.

Cuando pienso en mis primeros días aca parecen tan lejanos. Parece como si todo eso hubiera pasado hace años, o no se si tanto como años pero definitivamente se siente que pasó mucho más que 6 meses. Es que Port Douglas tiene eso. Sentís que pertenecés muy rápido, lo hacés tu lugar al toque, lo convertís en tu zona de confort cuando se supone que lo interesante de viajar es justamente eso, autocolocarte en un paisaje adverso para sacar tus ases de abajo de las mangas y decir "que groso que soy".

Interminables playas, oh Port Douglas!

Pero al mismo tiempo, aun con todas esas cosas buenas que tiene, te cansa. Afortunadamente me voy en el momento justo, justo antes de que empiece a dejar de gustarme, y un poco más antes de empezar a odiarlo. Es que a todos los que conozco que estuvieron más tiempo que yo les pasó, y verdaderamente no me siento muy lejos de eso.

Venir de una ciudad grande a un pueblo tan chico resultó "challenging". Y digo la palabra en inglés porque sinceramente no se me ocurre su traducción al español en este momento, y esa es otra de las cosas que me deja el estar tan inmersa en la cultura y mi vida aca.
Aca perdí el anonimato. Aca todos saben quien soy, donde trabajo, donde vivo y las travesuras que hago. Y yo sé lo mismo de todos. Todos también perdieron su anonimato frente a mi. Sé quienes son los borrachos del pueblo y me tengo que fumar saludarlos fuera del trabajo porque "todos saben que trabajo en el pub local, y no puedo ser descortés". Sé quiénes apuestan todo su sueldo o jubilación en los tragamonedas, y ahí me tengo que olvidar de la cortesía y no saludar para que no se sientan identificados. Sé quienes son los "fucked up kids" que consumen drogas duras y quienes son las chicas que durmieron con medio pueblo, y también sé quienes son los que se encargan de difundir esa información como si fuera material de interés para la CIA.
Ya me lo dijo mi vieja, y talvez también miles de personas mas pero mi vieja es la unica que vale la pena nombrar ahora. Pueblo chico infierno grande, nena. Y así es. Yo estoy acostumbrada a otra cosa. Me encanta mi rutina aca pero ella misma sería la que también podría llevarme a odiarla. Mi interior me pide a gritos opciones, elecciones, emociones.
Aun asi, no puedo evitar sentir nostalgia. Nostalgia por todo eso que hice mio durante mi tiempo acá. Me pone contenta mirar atrás y saber que hice lo que quise hacer cada día de mi vida, porque tuve los pies donde los tenía que tener, o simplemente porque las consecuencias no me importaron una mierda. Me considero una persona intensa y pude convertir este pueblo en tal, aun con sus pocas opciones y actividades para hacer, aun disfrutando de sólo estar panza arriba en la playa. Todo tuvo una razón y un significado, eso lo sé con certeza, aun sin conocer todas las razones ni haber descubierto todos esos significados.
Y todavía no se si quiero hacer de Australia mi lugar porque probablemente no vi mucho hasta el momento, lo poco que vi no me generó esa vibración en el estómago que lejos está de ser diarrea, y me urge seguir buscando aventuras y desafiarme a mi misma.
Pero qué estoy diciendo? Si amo juntarme a comer una picadita con la muchachada y tomar unos ferneses, amo el asado de domingos en familia y la molleja que papa especialmente separa para mi, que chorrea jugo de limón mezclado con grasa. Y qué me hago la viajera empedernida?? Si muero por ir a desayunar por la mañana y que el menu nisiquiera nombre los huevos revueltos, el tocino o las salchichas. Que el café con leche se acompaña con facturas o pan, mierda! Ok talvez ese comentario provenga de un ínfimo rincón de mi mente que puedo calificar como "cerrado", que es el que me resiste a cambiar mis hábitos desayunales y cenar antes de las 10 cuando la gente del mundo ya cenó para las 7. Culiado a mi traeme otro café con leche y un sanguchito de crudo y queso a esa hora!
Me fui de tema. Mi desvariación escritural me lleva de pura poesía a malas palabras. Pero no me importa porque así quiero escribir y así estoy escribiendo, con los dedos que siguen fieles lo que dicta mi cerebro.
Me fui de tema de vuelta. El punto es que hay pequeñísimas cosas de mi cultura que acá estando lejos parecen ser mejores que cuando estaba allá; son exactamente las mismas cosas que extrañé cuando me fui a vivir lejos la primera vez, cuando todavía era un pollito. De México me enamoré, pero rápidamente descubrí que no quiero vivir en un país donde la corrupción e injusticias están a la orden del día. Para eso me quedo en Argentina, allá tengo fernet.
Y porqué no querría quedarme en un país donde puedo volver en la bici del trabajo (o del boliche) a la 1 de la mañana (o a las 3) sin siquiera pensar que puede venir alguien a querer hacerme daño para quedarse con mi propiedad privada? Y porque no querría quedarme en un país donde voy al super todas las semanas y me sé de memoria los precios de mis compras porque la inflación no existe en el super, ni en las noticias, y hasta probablemente ni en el diccionario?

Porqué no querría quedarme en un país donde no existe la desestabilidad de la que huí cuando me fui?

Y porqué no querría quedarme en un país donde.... (llene la lista con cualquier cualidad positiva, que seguramente Australia la posee).
Será que todas estas cosas buenas y estables le sacaron el piripipí a su gente? Será que de hecho disfruto de la incertidumbre? Será que me gusta que el día a día sea "challenging" (va de nuevo esa palabra) y sacar soluciones improvisadas de la galera, asi como los sufridos latinos sabemos? Será que todas estas cosas malas que nos pasan alla, en realidad nos hacen más felices, nos tienen más vivos?
Para mi próxima etapa verdaderamente espero encontrar más gente con vida y toparme de repente con sus motivaciones, otras distintas que salir de trabajar desesperados por un trago de alcohol.
El balance me dice que afortunadamente tengo 6 meses más para seguir descubriendo.
De aca me voy, pero yo tengo 6 meses más para seguir viviendo...

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